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ISDEC Instituto Superior de Educación y Catequesis Juan Pablo II

Como al Apostol Pablo, la misericordia los ha envuelto en su luz

Juan Pablo Segundo

Bienvenidos, docentes “Colegio Popular Eucarístico Camilo C. Restrepo” a l a pedagogía de la Misericordia. “Educar es el acto de amor que cree, educar es la aceptación de la misión del Maestro de maestros Jesucristo; educar es un Si al otro, educar es la acción que unida al amor, no necesita de un espacio especial o de un momento programado, porque se educa siempre y se ama siempre, se educa con un gesto, con una palabra o a través de cientos de método”

La comunidad Educativa del Colegio Popular Eucarístico “Camilo C. Restrepo, así entiende el arte de educar: Es un acto vital de entrega para ayudar a construir o rescatar vidas. Y por eso desean iniciar un proceso de formación integral como docentes han constituido una cohorte de 21 estudiantes esta Institución para realizar el Diplomado en “Pedagogía de la Misericordia”, convencidos que con la pedagogía del amor se forman hombres y mujeres capaces de fortalecer su propia valía, creer en sí mismos, vivir en plenitud y asumir responsablemente su compromiso como sujetos y actores sociales con referencia esencial y permanente a Dios.

¿Quiénes son? La Institución recibe el nombre de Colegio Popular Eucarístico Camilo C. Restrepo, nace en el corazón de la Iglesia particular de Medellín en el año 1944, surgió como una respuesta a la necesidad de una educación de calidad y de una formación en los principios fundamentales de la doctrina cristiana, en uno de los sectores más vulnerables de la ciudad, el barrio “Trinidad”, conocido antes como barrio Antioquia.

Han querido pensar como Institución Educativa, que es posible una nueva pedagogía para este tiempo y en medio de su realidad; han venido haciendo como comunidad de vida una profunda reflexión acerca de su modelo pedagógico, de su forma y esencia a la hora de comunicar o transmitir el conocimiento y han llegado a la conclusión, de que algo hace falta, que no es lo mismo el discurso que afirma que son maestros “al estilo de Jesús” sino que necesitan formarse para educar, pensar, sentir, ver y creer en el otro como Él, es por esto que inician la búsqueda de un modelo que los ayude a reencontrarse nuevamente con su misión, vocación y opción como maestros, hallando en el modelo Pedagógico de la Misericordia una respuesta que creen transformará de ahora en adelante su manera de ser y educar.

Cuando escucharon y leyeron sobre “el modelo pedagógico de la Misericordia”, comprendieron que su búsqueda se convertía en una aventura, en un esfuerzo doble, porque tendrían que colocarse en la tarea de estudiar, de desaprender para volver a aprender, lo que implica cambiar de paradigmas y excluir los prejuicios ante lo nuevo, así que recurrieron a la experiencia del Apóstol Pablo: “Jesús los ha encontrado, los envolvió en su luz cuando iban de camino, cuando aun no entendían, él nos eligió, para anunciar en medio de aquellos que no le conocen su Reino, para ser sus discípulos y educar a todos con su amor” …y al último de todos, como a un aborto, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol (1cor 15, 8-9).

Y unidos a Pablo, se aferraron a la reflexión del amor, es decir de la Misericordia que educa y comprendieron que “el amor” no necesita de días especiales, el amor no necesita tener motivos para amar, se ama porque si, porque así es el amor de Dios, él no ama al por ser bueno o por ser malo, Dios ama porque se complace en el amor, porque Él es el amor mismo; y así pues ha de ser la manera como se debe amar al otro. Un amor sin medida y sin reserva, un amor hasta el extremo, un amor que dona su tiempo, que desgasta horas soñando todas las posibilidades en los otro, un amor que no se rinde, un amor que cree, confía y espera, como lo expresa la Pedagogía de la Misericordia –PEMIS-.